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Taruguín 2019 – Ribera del Duero

16,0096,00

En la zona más oriental de la Ribera del Duero (Soria), a una gran altitud nos encontramos viejos majuelos (pequeñas plantaciones de viñedo) donde subsisten esforzadamente sus inquebrantables plantas.

Variedades: 95% Tinto Fino, 5% Albillo
Alcohol: 14.20%
Embotellado/Bottled: 06/2020

SKU: N/D Categoría: Etiquetas: , , , ,

El equipo de Demencia se aventuró en el año 2010 a emprender el proyecto Taruguín. Siempre apoyándose en la recuperación de viñedos en Soria. El viñedo viejo fue plantado en un terroir singular compuesto por una capa superior con textura arenosa sobre otra de roca caliza. Dispone de una leve pendiente. Los vientos predominantes vienen del este, lo que sumado a la altitud (908 metros sobre el nivel del mar).

Hacen que la uva alcance un perfecto equilibrio, con una frescura que permite a los vinos expresar un carácter varietal muy amable. La mayoría de las plantas son de la variedad Tinta del País, pero también hay una pequeña proporción de la variedad Albillo, uvas que también incorporamos a la elaboración.

Recuperación de viñedos.

Recuperación de viñedos en Soria que duró ocho años. Durante el año 2018 dimos un paso hacia adelante en este proyecto estableciéndonos en San Esteban de Gormaz con instalación inscrita en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Así pues, un paso más para en la añada 2018 poder contar con la tirilla de la DO en nuestras botellas. Hoy estamos contentos de poder presentar la primera añada de nuestro Vino Taruguín con el sello de Ribera del Duero.

Añada 2019.

La añada 2019 estuvo marcada por el calor y la sequía. Después de la añada 2018 con abundantes e inusuales precipitaciones, la Naturaleza parece que compensó en 2019 con fuertes olas de calor que la planta afrontó con solvencia. Así la añada nos ofrece vinos de gran opulencia y profundidad.

La brotación comenzó en torno a finales de abril, como viene siendo habitual en la zona. La mágica precisión de nuestras viñas viejas no deja de sorprendernos. Durante la primavera las habituales heladas de la zona no faltaron a su cita durante la primera quincena de mayo, e incluso en junio.

El verano resultó extremadamente duro, con fuertes olas de calor y escasísimas precipitaciones. Septiembre iluminó el final del ciclo vegetativo con abundantes lluvias en torno al día 15, lo que permitió que la uva cogiera peso a pesar de la sequía sufrida durante todo el año. La extraordinaria capacidad de adaptación de las esforzadas viñas sorianas brilló en esta añada con fabulosos resultados.

Peso N/D
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