El Corral de Taruguín
Añada 2018.
El invierno estuvo marcado por el frío, con precipitaciones generosas y bastante nieve hasta bien entrada la primavera. La brotación comenzó en torno a finales de abril, como viene siendo habitual en la zona. La primavera, también marcada por las lluvias y el frío, trajo heladas durante la primera quincena de mayo, resultó muy fresca hasta mediados de junio.
El verano no resultó muy extremo, con temperatura moderadas, con frecuentes lluvias y menos tormentas de las habituales lo que alargó el ciclo vegetativo, proporcionando abundante masa foliar. Desde agosto hasta octubre estuvo muy seco, pero no muy cálido.
Embotellado.
En agosto de 2020 acometimos el embotellado del Corral de Taruguín resultando una producción limitada de 887 botellas de 750 mililitros.
Datos.
- Uvas: 98% Tinto Fino & 2% Albillo.
- Alcohol: 14.76%
- Acidez Volátil: 0.69 g/l
- Acidez Total: 6.10 g/l ác. tartárico
- pH: 3.62
- Sulfuroso: 54 mg/l
- Azúcares: 1.20 g/l
- Ácido Málico: < 0.10 g/l
En la zona más oriental de la Ribera del Duero (Soria), a una gran altitud nos encontramos viejos majuelos (pequeñas plantaciones de viñedo) donde subsisten esforzadamente sus inquebrantables plantas. La climatología viene marcada por un clima continental extremo, con muy pocas lluvias, un largo y gélido invierno, y un verano corto y extremo también.
Estas condiciones derivan en que las plantas requieran de un largo periodo de maduración al final del cual se ven sometidas a una gran diferencia térmica noche-día, que ayuda a mantener una atractiva intensidad aromática en los vinos, y los dota de taninos bien maduros. Así mismo, este clima favorece la implementación de una agricultura sostenible con el medioambiente.
Viñedo.
En la zona predominan los terrenos calcáreos, con suelos de diferente composición y profundidad de suelo. La roca calcárea que existe en profundidad aporta mineralidad a sus vinos, e impide que las raíces profundicen excesivamente. La composición del mismo es variable entre la arena, arcilla o piedras.