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Demencia Fuente San Lázaro 2020

50,00250,00

Fuentes de San Lázaro está situado en el Camino de Santiago a su llegada a Villafranca del Bierzo, su suelo con presencia de arcillas es de textura franca cuyo drenaje favorece la sanidad natural. Se encuentra a 600 metros de altitud. Su orientación es sur, recibiendo la luz desde temprano hasta el ocaso.
Está protegido de los vientos sur por el monte de Cotelo. Tiene un microclima característico que lo protege de heladas y tormentas. Nos ofrece vinos de extraordinaria sensación frutal, muy sabrosos y equilibrados.

Elaboramos este viñedo por separado todos los años, y las añadas que consideramos más especiales lo embotellamos en un producción limitada.

Viñedos:

– Pueblo: Villafranca del Bierzo.
– Superficie en FSL: 25.671 m2
– Parcelas: 2 parcelas
– Edad media de las plantas: 101 años
– Plantas/ Ha: 4.200 plantas/ Ha
– Suelo: Franco arcilloso.
– Orientación: Sur
– Uvas: 90% Mencía & 10% Otras
– Densidad de Plantación: 4.200 plantas por hectárea
– Rendimiento medio (Kg): 3.800 kg/ Ha
– Rendimiento medio (Hl): 26 hl/ha
– Máxima altitud: 601 m
– Mínima altitud: 554 m
– Pendiente: 21.95%
– Precipitación: 753 mm

SKU: N/D Categoría:

Fuentes de San Lázaro es un paraje muy importante para Demencia pues comprende más de la mitad de su viñedo. Situado en el Camino de Santiago a su llegada a Villafranca del Bierzo, su suelo con presencia de arcillas es de textura franca cuyo drenaje favorece la sanidad natural. Se encuentra a 600 metros de altitud. Su orientación es sur, recibiendo la luz desde temprano hasta el ocaso.
Está protegido de los vientos sur por el monte de Cotelo. Tiene un microclima característico que lo protege de heladas y tormentas. Nos ofrece vinos de extraordinaria sensación frutal, muy sabrosos y equilibrados. Viñedo de gran diversidad varietal con cepas de Godello viejo, Garnacha Tintorera, Doña Blanca, Merenzao o Estaladiña.

Añada 2020

La cosecha de 2020 se caracterizó por temperaturas superiores a la media. Tras un otoño marcado por abundantes lluvias, siguió un invierno seco. Estas condiciones climáticas resultaron en una mínima parada vegetativa.
Pese a estos desafíos, la naturaleza perseveró con una primavera más cálida de lo habitual, puntuada por lluvias ligeras ocasionales en abril. El verano llegó con un calor intenso, que dio paso a un agosto más continental donde las noches frescas se convirtieron en la norma. Este marcado contraste térmico entre el día y la noche resultó ventajoso para la maduración de las uvas. Además, el lluvioso agosto proporcionó la hidratación tan necesaria.
La vendimia llegó temprano, bendecida con temperaturas favorables y condiciones tranquilas. Los vinos resultantes, aunque modestos en su expresión inicial, han florecido dentro de la bodega. El peculiar vigor del clima de agosto ha dotado a esta cosecha de un carácter robusto único, con una estructura y opulencia excepcionales, inclinándose hacia la mineralidad y el volumen en lugar de la redondez frutal.

Una bellísima expresión líquida del Camino de Santiago a su paso por Villafranca del Bierzo.

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