Creced y multiplicaos parece un lema que ha invadido durante siglos el mundo animal y vegetal, pero lejos de resultar simple y arcaico, alcanza en las plantas una inconcebible diversidad de recursos naturales.
Para hablar de diversidad es inevitable pensar en fertilidad y reproducción. El misterio de la fecundación sirve para propagar esta diversidad. La fecundación de las flores es el proceso mediante el cual se fusionan las células reproductivas masculina y femenina de las plantas con flores, dando lugar a la formación de semillas.
La fecundación comienza con la polinización que es el transporte del polen (que contiene las células masculinas) desde la antera (parte del estambre) hasta el estigma (parte del pistilo).
- Puede ocurrir de forma abiótica, a través del viento, el agua o la gravedad.
- O de forma biótica, cuando animales como abejas, mariposas, aves u otros polinizadores sirven de vectores para llevar el polen.
Cuando un grano de polen compatible cae en el estigma de la flor, comienza la germinación que es el desencadenante de la fecundación. La fecundación en las plantas con flores es doble y ocurre dentro del óvulo:
- Un núcleo espermático se fusiona con el núcleo femenino (óvulo) para formar el cigoto, que dará origen al embrión.
- El otro núcleo espermático se fusiona con dos núcleos polares en el saco embrionario, formando el endospermo, un tejido nutritivo para el embrión.
Después de la fecundación, se produce la formación de la semilla y el fruto.
- El óvulo fecundado se transforma en una semilla.
- El ovario de la flor se convierte en el fruto, que protege las semillas y, en muchos casos, facilita su dispersión.
Vitis Vinifera, yo me lo guiso, yo me lo como
Estamos hablando de la reproducción sexual de las plantas angiospermas, es decir las plantas con flores. La vid también tiene flores que son pequeñas, verdosas y organizadas en inflorescencias que darán lugar a los racimos. Esta flor también tiene órganos masculinos y femeninos, pero la vid es autógama, es decir, se autopoliniza. Esta polinización ocurre, normalmente, por la acción del viento o simplemente por gravedad. Durante este proceso, los granos de polen se depositan en el estigma de la misma flor. A partir de este momento se desencadena el proceso compartido anteriormente.
Estas son las condiciones habituales de fecundación y germinación en nuestro viñedo viejo berciano. Este proceso se desencadena y nos ofrece esos maravillosos racimos. Pero también es cierto que el ser humano ha sido capaz de desarrollar polinizaciones cruzadas controladas (en laboratorio) provocando la generación de cruces genéticos y por tanto la aparición de nuevas variedades.
Este es el caso de una de las uvas más presentes en nuestra comarca: la garnacha tintorera o Alicante Bouschet, que fue creada por el criador francés Henri Bouschet y que es el resultado del cruce de las variedades Petit Bouschet y Garnacha tinta.
La propagación de la vid
Pero el resultado de esta fertilización son los racimos y las uvas, que normamente nosotros utilizamos para elaborar nuestros vinos del Bierzo con mayor o menor acierto. Pero la propagación de la vid es tradicionalmente desarrollada de forma vegetativa, ya que las semillas de las uvas no garantizan las características deseadas en las plantas resultantes. ¿Habéis probado a sembrar una uva? Yo no.
La manera más sencilla de conseguir una nueva planta es por estacas. Bien sencillo, durante la poda seleccionas ramas maduras de unos 20 centímetros dejando de 3 a 5 yemas; estas estacas se plantan directamente en el campo hasta que desarrollen sus raíces. En primavera brotan sus yemas y tenemos una nueva planta. Esto sí que lo he probado y os puedo garantizar que… ¡funciona! Tenemos una planta de pie franco.
Pero claro, esto constituye un problema porque este nuevo individuo será muy sensible a la filoxera, y os puedo garantizar que la filoxera está presente en nuestro viñedo. Yo he visto numerosas agallas en nuestros viñedos de Valtuille. Es por esto que normalmente la planta se propaga por injerto. Básicamente es recoger el material vegetal en la poda de igual manera que hemos descrito anteriormente, en en este caso injertamos una pequeña proporción de esta estaca con tan solo una yema de nuestra variedad deseada en el patrón americano resistente a la filoxera.
Una solución original
Pero el ingenio de nuestros antepasados también ideó una original manera de conseguir una planta de otra: el acodo. Un acodo se trata de un vástago que, sin ser separado de la planta madre, se dobla y cubre de tierra para que la porción soterrada origine raíces, y brote otra nueva planta.
Habréis visto la técnica en muchos viñedos viejos. Se entierra una rama de la vid madre sin separarla, permitiendo que desarrolle raíces. Es un método adecuado para variedades con baja capacidad de enraizamiento por estacas, ya que la nueva planta además de alimentarse de las nuevas raíces, también se alimenta de las raíces de la planta madre.
Existen técnicas modernas que utilizan tejidos vegetales (meristemos) para producir plantas genéticamente idénticas en condiciones de laboratorio, cultivos in vitro. Pero esta intervención nos resulta demasiado artificial y no vamos a tenerla en consideración.
Las mutuaciones, el origen de la biodiversidad
Esta característica autógama de las vides podrían hacernos pensar que el cruce entre las diferentes variedades sea realmentedifícil, y que por tanto la Vitis vinifera se trate de una especie de muy baja diversidad. Sin embargo la experiencia nos ha dado a conocer una enorme diversidad de variedades. En nuestro país vecino Portugal, es frecuente encontrar pequeños viñedos viejos con más de 30 variedades entre sus plantas. Hay quien dice que hay más de 8.000 variedades conocidas de esta fruta. Otros autores hablan que el número de variedades de vid cultivadas en el mundo varía entre 10.000 y 20.000.
La respuesta está en las mutaciones. La Vitis vinifera es una especie que tiende a mutar con mucha facilidad. Las mutaciones genéticas son fundamentales para la evolución del genotipo en Vitis vinifera, permitiendo la diversidad de variedades que conocemos hoy. La mutación se refiere a cambios genéticos espontáneos que alteran las características de la planta, como el tamaño de las bayas, la presencia o ausencia de semillas, el color de la piel, o la resistencia a enfermedades.
Las mutaciones espontáneas ocurren naturalmente durante la replicación del ADN, la división celular o debido a factores ambientales como radiación UV o estrés. Son responsables de muchas variedades nuevas de uvas con características únicas. Muchas de las variedades tradicionales de uva, como Pinot Noir, Cabernet Sauvignon o Merlot, han surgido o evolucionado debido a mutaciones espontáneas acumuladas a lo largo del tiempo.
La Naturaleza siempre encuentra estrategias para encontrar el continuo equilibrio entre sus seres vivos. Mientras la acción de la agricultura tradicionalmente ha estado encaminada a romper este equilibrio. Debemos cambiar este paradigma.