La Viticultura Regenerativa es aquella que intenta imitar a la Naturaleza.
La Viticultura Regenerativa es aquella que intenta imitar a la Naturaleza. Seguimos poniendo el énfasis en la captación de carbono atmosférico, pero en este momento, en algunas zonas de España, disponemos de un factor limitante más importante: el agua. La regeneración de suelos precisa de experiencia y formación, no se trata de la simple aplicación de actividad de un calendario ni de recetas establecidas.
La viticultura regenerativa contempla la dimensión humana del proyecto, no sólo transforma suelos, transforma personas, nos hace sentir parte de un todo.
Un cambio de enfoque
En nuestra formación, los profesores nos decían que hongos y bacterias no tenían ninguna influencia en las plantas. Ahora sabemos que esto no es así. Una compleja organización de éstas componen el suelo agronómico por encima de su textura y su composición.
En condiciones anaeróbicas es donde proliferan mejor las enfermedades, es por esto que queremos luchar contra la compactación de los suelos. Por esto ahora me gustaría hablar de dos conceptos análogos pero diferentes:
- Tierra (dirt): componentes minerales del sustrato.
- Suelo (soil): componentes minerales, materia orgánica y microorganismos.
Aquí es donde llegamos al objetivo primario de nuestra agricultura regenerativa: contener en nuestros suelos la mayor proporción de materia orgánica (por encima del 3%) y promover el movimiento de oxígeno para evitar la toxicidad de la misma.
Los microorganismos descomponen la materia orgánica en nutrientes que son asimilables por las plantas. Para esto surge la rizofagia que se basa en la colaboración de las raíces con un conjunto de bacterias a través de las cuales la raíz absorbe y asimila los nutrientes del suelo.
Las plantas y el suelo
Las plantas captan el carbono atmosférico y utilizan la energía solar para formar cadenas. El objetivo primordial es gestionar bien la red trófica del suelo, de esta manera no aparecerán los ‘nemátodos come-raíces’, que son considerados perjudiciales, pero que sólo lo son si se generan las condiciones para que lo sean. Pero para hablar de la red trófica del suelo tenemos preparado otro apartado para siguientes fechas.
Hay una estrecha relación entre la salud del suelo y la salud de la planta.
Un enfoque global que nos permite luchar contra el cambio climático
La microbiología nos puede ayudar así mismo a:
- Evitar la erosión y pérdida de suelo.
- Promover la profundización de raíces.
- Favorecer la adaptación de la viña al clima y sus alteraciones.
Podemos asegurar que con la labor de arado se aniquila esta población ya que se destruye la estructura en la que vive. Gestionar el equilibrio entre hongos y bacterias a través de adecuados niveles de materia orgánica y la generación de una estructura y textura naturales constituyen la clave que nos conducirá al éxito de la fertilidad natural.
También es determinante el conocimiento profundo del subsuelo del que queremos que en su fin último se alimenten nuestras plantas, consiguiendo así que éstas extraigan y desarrollen toda la personalidad de nuestro medio. Nosotros tratamos después de recoger su fruto y traducirlo en un vino de singular personalidad.
Para ello debemos ‘cultivar’ la red trófica del suelo que permite a la planta desarrollar sus funciones. Son por tanto microorganismos necesarios en el suelo, cuando aramos un suelo no hacemos más que aniquilar a una población absolutamente necesaria y simbiótica con nuestras vides.