Año de nieves, año de bienes. A menudo el refranero nos dicta verdades como puños que en estos días quizás no entandamos. El refrán hace referencia directa al campo. En este año en relación con el viñedo tiene carácter de verosimilitud.
Como norma general podríamos afirmar que las nieves y el frío invernal tienen efectos positivos para el cultivo de la vid. Todo esto siempre es relativo, pues aunque el viñedo es muy resistente al frío durante su parada vegetativa, periodos prolongados por debajo de los 15ºC pueden generar daños irreparables. ¿Año de nieves año de bienes?
Algunos efectos positivos.
Mientras la planta encara su letargo invernal, insectos y hongos no paran su actividad, y pueden aprovechar este periodo para colonizar nuestra viña. Así, frío y nieve ejercen un efecto insecticida y fungicida que controla las poblaciones de insectos y hongos que en primavera nos pueden generar importantes daños. Podríamos decir que es una herramienta natural de control de plagas.
Por otra parte, en especial la nieve, también tiene un efecto antiséptico sobre las superficies del tronco y tallos, generando un impacto positivo contra las tan temidas enfermedades de madera.
También sabemos que la nieve tiene un efecto cicatrizante. Las bajas temperaturas y la nieve ayudan a crear una capa cicatrizante en el corte. Esta capa hace más difícil que las enfermedades entren en ella.
Por último, nos viene a la cabeza el punto beneficioso que quizás sea más asimilable para los aficionados menos iniciados: La hidratación de la planta. La nieve normalmente cae lentamente y se acumula en el terreno de manera más prolongada. De esta manera el suelo aportará agua a las plantas lenta y progresivamente, favoreciendo su aprovechamiento. La humedad combinada con temperaturas por debajo de 0ºC evita la compactación del terreno, mejorando su estructura.
Cambio climático.
Estas serían algunas de las consecuencias que las nieves de este año pueden traer a nuestros viñedos. Así que podríamos afirmar que efectivamente año de nieves, año de bienes.
Pero viviendo el ciclo en Bierzo de los últimos años, con inviernos que casi no son tales, periodos de importante sequía y primaveras y veranos con olas de calor extremo; también nos acordamos del consabido temor al cambio climático. Hemos tenido que comenzar la vendimia en el mes de agosto en el último año. La planta no llega a culminar su parada vegetativa. La brotación es temprana, la integral térmica acumulada más rápida y la planta agota sus reservas en su totalidad.
Creemos que con estas nieves y fríos, la planta también cerrará un ciclo de acumulación de reservas y parada vegetativa de manera más eficaz. Creemos que la brotación será más tardía y natural. Posiblemente todo el ciclo vegetativo se ajuste a las fechas naturales a las que la planta está acostumbrada, y podamos tener un año 2021 más tranquilo y equilibrado.
Pero es precipitado anticiparnos cuando el invierno aún no ha terminado. Miramos el futuro con ilusión y esperanza, y deseamos lo mejor a todos los agricultores.