Nuevas tendencias en el consumo del vino y los retos del sector ante la situación actual. Quizás comprendamos que lo que los gurús nos proponen es alejar al vino de su auténtico significado. Si el proverbio latino rezaba In Vino Veritas, quizás la moderna propuesta podría titularse El Vino y su Ficción.
Es el vino la bebida del hombre libre que aleja a los seres de la falsedad. El hombre incorpora el vino a su relaciones sociales, no hablamos de redes; a sus hábitos alimenticios, comprobando cómo mejora el sabor de los alimentos y cómo aporta energía; a sus prácticas curativas y preventivas, descubriendo propiedades beneficiosas para la salud; y a su vida espiritual, proporcionándole un singular estado de conciencia.
El vino es un elemento de nuestra cultura, de nuestro paisaje y de nuestras tradiciones; en definitiva, un concepto eminentemente popular. Pero esto es algo que algunos expertos están reconsiderando. ¿Por qué? Pues creemos que por un alarmante descenso de ventas, y por la insaciable ambición de obtener beneficios empresariales, olvidando las connotaciones sociales y culturales que el consumo de vino conlleva.
Más y Más Caro.
Queremos vender más y vender más caro, y así nos predicaron un nuevo concepto: la premiumización del vino, que vendría definido como la subida de su valor añadido. Así postularon que debemos asociar el vino con placer, y que este placer se alcanza en diferentes niveles:
- Compartiendo Amistad.
- Anticipando Deseo.
- Sosteniendo Sentimientos.
- Proyectando Emociones.
Vamos que todos estos caminos hacia el placer, así como otros muchos que se nos ocurren, son mucho más populares y masivos que lo que podríamos denominar selectos… si es que al final, el vino va a resultar más sencillo de lo que nos dicen.
Más Caro y a más Gente.
Y aquí nos encontramos con otra idea, el término masstige es un concepto que surge de la combinación de las palabras mass y prestige. Quiere decir que existe un nuevo perfil de consumo en el que productos y servicios de lujo alcanzan el mercado masivo.
Para habilitar los auténticos activos del vino prestige nos invitan a cambiar la percepción de la masa mediante las siguientes pautas, que siempre acompañan con un atractivo vocablo extranjero:
- Proponer un Discurso enológico en el que se pone hincapié en el origen: terroir.
- Acertar con la adecuada elección de un nombre: naming.
- Disponer de un Storytelling.
- Trabajar con los líderes de opinión: influencers.
O sea que la propuesta es sugerir a los elaboradores a ser animados cuentacuentos e invitar a los modernos influencers a que ejerzan como sus juglares. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda; pero la moderna propuesta se empeña en enfatizar que la calidad del vino no es lo determinante.
Más Verdad.
Pasados unos meses resulta que estamos analizando estas nuevas tendencias en el consumo del vino, y hemos obtenido resultados muy divergentes a lo proyectado por los especialistas, modernos profetas de un mundo global.
En estos meses en que parece que el Mundo está definiéndose de nuevo, se han detectado dos tendencias principales que comienzan a despuntar en esta nueva época marcada por la Covid-19:
- El Aumento del Comercio Electrónico.
- Los Nuevos Formatos de Consumo, principalmente ¡el vino en lata!
Así resulta que las masas han decidido alejar el vino del segmento premium, modificando sus formatos y usos de consumo. Particularmente nosotros entendemos el vino como una bebida social, que nos gusta comprar en el pequeño comercio, y disfrutar de la liturgia que supone abrir y compartir una botella.
Pero quizás las nuevas tendencias en el consumo del vino sean otras, y probablemente el mundo no vuelva a ser el mismo en el que tanto hemos disfrutado, un mundo que quizás desaparezca como un dulce sueño del que nos están despertando atropelladamente.