Un ejercicio recomendable en estos días es dar un paseo por la Historia que nos ayude a afrontar el presente y soñar el futuro.
Con Demencia, nos planteamos un proyecto ambicioso y algo idealista. Queremos realizar un vino de guarda y colección con nuestra variedad autóctona Mencía. No disponemos de mucha producción porque nuestro viñedo es ya viejo y pobre. Desarrollamos la totalidad de los trabajos con nuestras manos, manteniendo una viticultura y elaboración eco-sostenible. Entendemos que este tipo de elaboraciones a pequeña escala son las mejores para transmitir un determinado origen. Demencia sólo se embotella en las mejores añadas.
Esta manera incide en que los demencias de cada una de las diferentes añadas tengan un espíritu particular pero también similar: obtenemos la uva de las mismas viñas, elaboramos en la misma bodega, empleamos una viticultura similar y una elaboración de mínima intervención. Todos estos factores definen una identitaria personalidad demente.
Demencia: El Tiempo, el Secreto del Éxito.
En la elaboración de vinos naturales, sin adicción de productos, el tiempo es uno de nuestros aliados más importantes. Desarrollamos una crianza clásica que contempla entre otros los siguientes procesos: 20 meses de crianza en barricas de roble francés, un invierno de afinamiento en depósito de acero inoxidable sin estabilización artificial, para acabar con al menos 2 años de consolidación en botella. Para ello disponemos de una cava con condiciones de temperatura y humedad controladas durante todo el año. Así conseguimos que el vino aparezca en el mercado comenzando su perfecto equilibrio.
Pretendemos vinos que envejezcan bien en el tiempo y, es más, que mejoren con los años sus cualidades, mejorando su percepción en la degustación, y en consecuencia produciendo más goce en el bebedor.
Beber vinos viejos es como leer un libro.
En una reciente cena con elaboradores, uno de los allí presentes afirmó con rotundidad: «Si tuviera dinero, bebería sólo vinos de más de 10 años». Bien es cierto que no todos los vinos soportan bien el paso de los años.
Recientemente hemos tenido la inquietud de probar un Demencia 2009 que celosamente guardamos en nuestra bodega. Podemos afirmar que nuestro Demencia está alcanzando su apogeo, y que nuestro objetivo de conseguir un vino de guarda es ya un hecho.
Con esta experiencia hemos recordado tiempos pasados y redescubierto sensaciones. Miramos el pasado con nostalgia y cariño, pero también tratamos de aprender de nuestros errores o tropiezos. Ahora sí que podemos dar un Paseo por la Historia.